jueves, 9 de febrero de 2012

Realidad del club de fútbol Venezolano


Luis Miguel Marquez.

Una de las características que ha tenido la primera división del fútbol Venezolano desde sus inicios, es la de ser considerablemente inferior en comparación a las otras ligas del fútbol sudamericano, esto sin duda reforzado por la gran cantidad de malos resultados obtenidos por sus representaciones en las copas libertadores y sudamericanas.

Sin embargo, no es para nadie un misterio el hecho de que el balompié Vinotinto se ha alzado con un gran avance en cuanto a resultados de selecciones y ademas, apartando las buenas victorias, la calidad de su fútbol ha crecido enormemente en todas sus categorías, desde las inferiores hasta el torneo local de primera división, convirtiendose en uno de los mas atractivos del continente y hasta una buena plaza para el mercado de jugadores jóvenes.

Esto hace que inevitablemente nos hagamos una pregunta... ¿ Por qué los avances del fútbol Venezolano aún no se ven reflejados en las copas de clubes internacionales ?.

Por supuesto que hay muchas razones, pero apartando argumentos como la cantidad de cupos que se tienen, los sorteos, o la efectividad de aquellos equipos tradicionalmente "coperos", hay que hablar de dos razones demasiado importantes e influyentes que obviamente tienen que ver con los jugadores.

Primero, hay que tomar en cuenta que tanto en la copa libertadores como en la sudamericana, nos representan equipos cuyas campañas anteriores debieron haber sido muy buenas como para estar en el tope de la tabla nacional, y esto por no hacer referencia solo a los campeones, porque son precisamente éstos, los que obtienes los mejores cupos para estas competiciones; y aquí está el problema, porque la continuidad de las plantillas de los equipos que consiguen ya sea una estrella o al menos uno de los dos torneos cortos es muy accidentada.

Ya sea por falta de presupuesto, cambios o problemas directivos, o incluso la creación de nuevos proyectos a futuro, hacen que dichos conjuntos queden en cierta forma "desmantelados" en cuanto a jugadores, esquemas de trabajo y formas de juego se refiere.

Claro que hay que aplaudir proyectos como el de Mineros de Guayana y Deportivo Lara y lo que hacen técnicos como Eduardo Saragó, pero hay otras obras que a pesar del paso del tiempo se mantienen inconclusas, caso del Zamora , Chui Vera, Caracas FC y Deportivo Táchira, sólo por nombrar algunos a los que no le ha ido del todo bien luego de sus logros sobre todo en instancias internacionales. Pero es la constancia lo que hace el éxito de los equipos de fútbol hoy en día, si no, preguntenle a Guardiola, Ferguson, Mourinho, Bielsa, Bianchi o hasta el mismo Farías y sacarán conclusiones.

Es obvio que los conjuntos criollos necesitan continuidad, no obstante esto de la venta de los jugadores nos lleva al segundo punto, que es la fuga de talentos Jóvenes.

Esta razón en sí, no debería significar algo malo, porque ahora mas que nunca se ve lo positivo en nuestra selección del hecho de tener a tantos talentos desarrollandose en el extranjero, menos cuando ahora la liga Venezolana se ha vuelto un atractivo dulce para jugadores de gran recorrido profesional como son "el turbo" Gonzalez, Leo Jimenez, Rey, Toyo, entre otros. Pero ligas como la Argentina y casos como el de River, nos recuerdan que entre éstas dos tendencias debe haber un efectivo y muy medido equilibrio.

"¿Que pues diremos a esto?", que tenemos tres responsables primarios : Las directivas de los equipos, los representantes de los jugadores y por supuesto, los patrocinantes.

Si estos tres hacen su trabajo en pro del crecimiento del fútbol ANTES de los resultados monetarios, inevitablemente los torneos internacionales tendrán que acostumbrarse a que los equipos Venezolanos peleen hasta las últimas instancias en vez de solo la face de grupos. Pero mientras las directivas renueven plantel todos los años, los representantes lleven los talentos jóvenes a ligas como la de Egipto y la empresa privada no aprenda a creer en el Marketing del fútbol, esto no será mas que un sueño eterno.